Olvidate del ruido.

Bien, ahí me tenéis en uno de esos días en los que nadie me coge el teléfono y las paredes se me echan encima. Yo sé que siempre hay salida, pero saber que todo irá mejor no quita que me sienta como una porquería. Pasan los años, los sueños, los chicos. Recuerdo cómo quería ser de pequeña.  No tiene nada que ver con lo que soy ahora. Quería ser banquera, maestra, abogada. Ahora estudio Ingenieria. Quería conocer al amor de mi vida y ser muy feliz. Siempre ha sido mi deseo de cumpleaños; este año conocí a un chico. Quizás no sea el amor de mi vida, quizás vengan otros.. pero era el que me hacía feliz. Y yo lo he dejado escapar. La vida cuando maduras es mucho más compleja. Responsabilidades, luchas, deberes, sonreir aunque no te apetezca, mentir para no hacer daño a la gente que quieres, fingir cuando sabes que te mienten. ¿merece la pena hacer lo que se supone que debes hacer aunque realmente no quieras?. La vida se vive una vez. ¿Por qué termino haciendo lo que todos hacen si se supone que siempre me siento diferente?. Incomprendida. Soy una cobarde disfrazada de valiente, siempre pendiente del qué dirá la gente. ¿Por qué me preocupo tanto por el qué dirán?. Es mi vida. Soy dueña de mis pensamientos, de mis acciones, de mis decisiones. Escondo mis miedos para parecer fuerte. Pero ha llegado el momento en el que no puedo. Se me escapan. Mis miedos florecen y son diana de todos aquellos que quieren hacerme daño. Pero ya no más. Ya se acabó. Ya no más miedos. Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites. Ser honesta conmigo misma. Centrarme en mí misma. Yo. Olvidarme del ruido.  Quizás no tengo que obsesionarme con los objetivos. Tendré que relajarme. Tengo que vivir más tranquila.